19 de marzo de 2009

OJALÁ NO HUBIERA NACIDO ALLÍ

Como os narraba en el anterior post, existe un pueblo en la fría Rusia, donde el hijo primogénito del clan en el poder se veía obligado a abandonar el calor del hogar con destino a la élite educativa rusa, con el único fin de recibir una preparación acorde con la labor y el cargo que ocupará en su futuro próximo.


Mientras tanto y en el pueblo, las jóvenes, llegado el momento del vigésimo primer cumpleaños del muchacho y coincidiendo siempre con la primera luna nueva posterior a dicha fecha, se debaten en una competición para ver quien tomará nupcias con el aguerrido muchachote. Por desgracia para nuestro ruso amigo, en esta competición no prima la delicadeza, gracilidad o belleza de las señoritas, sino mas bien su buena disposición en el uso de lo que llamaremos ¨Teorías Darwinianas¨.


En la prosaica versión que he construido en mi mente resolví la compleja ecuación con una simple habitación sin ventanas, un cuchillo y una lata de sardinas. Las señoritas en disputa entrarían en la sala cuya puerta permanecería cerrada hasta dos semanas después, momento en que la única doncella que quedase viva sería elegida como la ganadora y futura matriarca del clan.

En la vida real sin embargo la cosa es bastante menos poética, se arroja un queso de bola de tres quilos desde el campanario que esta situado a las afueras del pueblo, resultando vencedora la que logre llevar el preciado lácteo hasta la seguridad de su propio hogar, franqueando eso si al resto de familiares de las aspirantes que intentarán impedírselo.


En una competición en la que prima la violencia y la fuerza bruta la vencedora deberá custodiar el lácteo hasta el día del retorno del particular príncipe azul, que será degustado posteriormente durante la ceremonia (el queso, no el muchacho).


Las fotos que acompañan este despropósito son la memoria gráfica del último enlace acontecido en tan peculiar pueblo.

4 comentarios:

María Dolores dijo...

Oh Dios, Pedrito! Esto es genialoso!!! xD

Brusete dijo...

El pobre Vladimir no pensará de la misma forma, jejejeje. Mari-lol!!!!

Anónimo dijo...

Se parece a una de cuevas. No recuerdo su nombre. Se que Primo Paco la llamaba "La hermochichima".

Brusete dijo...

Sip, la llamaban Gummy, como las golosinas y las gummuballas (no se si se escribía así), pues esta casada y tiene retoños...